PERO EL AGUA SUCIA LAVA TODO MAL

Mis compas y yo a veces somos un poco crueles con les escritores de las redes. No sé bien porqué. De giles nomás. En definitiva, ¿qué nos importa? ¿En qué nos modifica? Pero lo cierto es que lo hacemos. De intensos. Por buscarle el pelo al huevo. Así se dice, ¿no?

Como te digo eso, te digo también que algún motivo tenemos, eh. No es sólo de jodidos. La onda es incentivar a que se agite un poco más el avisperou, a llevar la escritura (o loquesea que hagas) lo más cerca posible de tus límites, a invitarles a que no se limiten solamente a la publicación digital. Pienso que en parte por eso la editorial. Para poder mediar con les productores de la palabra, y publicarles, y también para hacer algo con eso que creemos que debe transformarse. Sino seríamos puro chamuyo, ¿no? Les que critican desde la comodidad de sus casas sin mover un pelo.

La reivindicación de la soledad, el retrato de lo cotidiano, de lo hogareño, la lucha por la igualdad social y cultural, la autoaceptación, la ternura como condimento innegociable, el verso corto de rima libre, sencillo y bonito. Esos son los principales componentes de la poesía contemporánea, al menos, de Buenos Aires. Hay un estilo, una forma, un patrón repetido hasta el hartazgo. No pongo en duda lo hermoso de esta nueva poesía (hoy ya no tan nueva) porque no sólo acercó el género a personas que jamás lo hubieran hecho, sino que logró conmover profundamente a muchísimos lectores.

Aún así, me pregunto: ¿no será este un buen momento para ir librándonos de ella?

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